Estos dos hermosos ejemplares han crecido como hermanos a lo largo de un buen número de décadas.
A buen seguro que al frescor del brocal del pozo que los acompaña y bajo la copiosa sombra de sus hojas, a nuestro amado poeta le llegó la inpiración en los románticos atardeceres de nuestro pueblo, para propiciar la fecundidad de su obra.
Del abeto existe algun ejemplar más en nuestro pueblo; de la familia del castaño tenemos referencia de que hay alguno en Navarredonda.